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Transición al minimalismo (semana 8) - Objetivo: XXIV Media Maratón de Málaga'14



Nueva semana de entreno con minimalistas (y quedan dos) hasta la media maratón de Málaga, que hoy ha sido un entrenamiento con vistas al HOLE y a los 101 más que para una media, pero en el que he disfrutado casi tanto como lo que he sufrido.

Mi idea era "trackear" parte del recorrido de una ruta de senderismo que voy a realizar este fin de semana (publicaré una entrada con más información, estáis todos invitados) y entrenar el ritmo de carrera de montaña.

La idea era llevar 2 litros de agua en la camelbak, subir a alrededor de 7 y bajar a alrededor de a 5, no sabía exactamente qué me encontraría en la montaña (conozco la zona cada vez mejor, pero hoy iba a explorar un buen trecho) pero mi idea era rodar a un ritmo medio de 6:30 el kilómetro aproximadamente (el ritmo que sería ideal desde mi punto de vista para los 101 de Ronda).

Esta iba a ser mi primera vez con Fivefingers en montaña, pero lejos de tener dudas lo que tenía era más ganas de experimentar el tacto y la textura de los caminos, unos arenosos, otros pedregosos, otros con tierra suelta, otros cubiertos por agujas de pino...

Son sensaciones que, desde luego, no puedo disfrutar al correr con las Skechers o las Inov.

Por cierto, esto me recuerda que ya que tras la media maratón de Málaga no tendrá mucho sentido continuar publicando un entrenamiento con minimalistas semanal (aunque si hay expectación por él, seguiré con ello encantado) había pensado analizar desde mi punto de vista las zapatillas que uso actualmente, una semanal (y luego ya se me ocurrirá otra cosa sobre la que escribir, tengo carrete para rato...).

El día era realmente caluroso, pero aun así decidí llevar mallas largas, ya que soplaba algo de viento frío y en la montaña suele refrescar; De arriba llevaba manga corta (la manga larga y el cortavientos en la camelbak, por lo que pudiese pasar), en la cintura una bolsa con orejones de albaricoque y la cámara y en los pies las Fivefingers; Ah, ¡y mi inseparable buff en la cabeza!

Tras preparar mi mejunje con agua, sal y limón y cargarlo en la camelbak salí, cerca de las 16:00 de la tarde.

Iba a un ritmo tranquilito, 5:45 durante los dos primeros kilómetros, sudando la gota gorda (de hecho, justo al marcar el segundo kilómetro el GPS miré a la izquierda y el reloj tipo farmacia a la izquierda de la Carretera de Mijas marcaba 26.5 grados, una temperatura harto cálida.

El viento soplaba menos de lo que pensaba pero no me arrepentí de no llevar calzas, ya que aparte de asegurarme de que no me causarían rozaduras así acostumbraba al cuerpo a las altas temperaturas que seguramente experimentaré en los 101.

Hasta ese momento el firme había estado bastante bien y no había tenido problema alguno, pero tras cruzar sobre la autovía camino al kilómetro 3 la carretera se encontraba bastante erosionada, y se acumulaban centenas de guijarros en el arcén de la carretera, por donde iba ascendiendo.

Bajé un poco el ritmo, además de por la pendiente, por miedo a pisarlos y hacerme daño, pero tras aterrizar irremediablemente sobre ellos varias veces y no notar ninguna molestia, avancé con más confianza.

También pasé sobre cristales, al principio no me di cuenta, pero cuando me fijé llevaba una decena de metros corriendo sobre cristalitos (posiblemente habrá habido algún accidente recientemente) aunque tampoco noté nada, ni tengo corte alguno.

Eso me motivó bastante, ya que no sabía cómo sería correr por las zonas más empedradas de la montaña y ahora me sentía indestructible, aunque algo mermado por la pendiente, por la que ascendía a 7 minutos por kilómetro y subiendo.

Pese a que cada 3 o 4 minutos daba un sorbo largo a la camelbak, además de para vaciarla un poco para aliviar mi garganta, reseca del calor y el esfuerzo, a los 25 minutos establecí mi primer autoavituallamiento, como siempre, compuesto de 5 sorbos largos, un orejón devorado a pequeños bocados y otros 5 sorbos.

Más aliviado continué mi ascenso a Mijas Pueblo, adonde llegué tras recorrer 2500 metros más, y ascendiendo algo más de 200 metros a un ritmo de casi 8 minutos por kilómetro en el tramo más lento, nada mal teniendo en cuenta el sofocante calor (además de darme de pleno por el sol, el asfalto reflejaba más calor aun) y el lastre.

Llegué a la BP de El Puerto sin haber parado durante ningún tramo (la semana pasada en una subida similar con las Skechers de trail tuve que andar en un par de tramos antes de llegar a esa zona, con la misma carga en la camelbak o incluso algo menor), y con la motivación por las nubes al estar a punto de entrar en la montaña.

Tras un kilómetro y medio con un desnivel más aceptable y tras haberme recuperado en otro autoavituallamiento, pisé montaña (montaña, no carril, por carriles fui con los compañeros del Club Atletismo Fuengirola en mi primera tirada larga con minimalistas) por primera vez calzando las Fivefingers, en 56:00 desde que salí de casa.




El comienzo fue un cambio drástico del tirón, no en cuanto a desnivel (ascendí "sólo" unos 30 metros en el primer kilómetro en montaña, menos de la mitad que en kilómetros anteriores) pero sí en cuanto a sensaciones.

No sé si a nivel de rendimiento sería bueno o malo, pero me hundía en la arena (y al hacer el esfuerzo para seguir avanzando un poco más, hasta elevar los pies de nuevo, produciéndome una sensación parecida a un masaje) y paradójicamente, al pisar las piedras más grandes no notaba muchas molestias, pero sí con las pequeñas, especialmente si daba con ellas justo en los metatarsos.

Tras unos 200 metros algo complicados ascendí a una zona más arenosa, donde pude alargar la zancada y correr más seguro.




Me hundía bastante, la sensación me recordaba a correr descalzo por la playa y estaba casi sin aliento por el esfuerzo, pero estaba muy contento de haber superado el primer examen en la montaña, y ahora correr por esa zona era hasta placentero.

A lo tonto había recorrido ya 8 kilómetros y medio, me "autoavituallé" antes de lo que tenía previsto, ya que el calor y la subida empezaba a hacer mella en mis fuerzas, y afronte lo que (no lo sabia aun) sería la subida más dura que iba a realizar entrenando, comparable a las más duras del Desafío La Capitana y el Trail de Sierra Blanca sin problema alguno.

Yo, feliz en mi ignorancia, paré un momento para disfrutar de las vistas y sacar una foto del tobogán que comenzaba a ascender, sin saber cuando acabaría ni pensar demasiado en ello.




No se si se aprecia en la imagen, pero el desnivel era brutal, una pared prácticamente, por la que resbalaba al no tener tacos ni clavos y al estar compuesta la superficie por agujas de pino (agradabilísimas al tacto pero poco estables al apoyar), arena y piedras sueltas.

En el primer kilómetro que recorrí tras esta foto ascendí casi 180 metros, lo que en 1000 metros es un desnivel realmente impresionante, al menos para un corredor de trail tan inexperto como yo (sólo tengo unos meses de experiencia en el mundillo).

Tras cruzar 2-3 de lado a lado de carretera que sube al repetidor penetré de nuevo en la montaña, y tras una centena de metros no fui capaz de seguir corriendo, así que me puse a andar a buen paso, concentrándome en el ritmo y en la respiración.


Si pocos kilómetros antes el viento hubiese apretado y el sol se hubiese ocultado un poco tras las casi inexistentes nubes hubiese pegado saltos de alegría, pero ahora que estaba bajando el ritmo y comenzaba a enfriarme era cuando sucedía; me alegré mucho de llevar mallas largas, y me daba mucha seguridad tener ropa de recambio y cortavientos en la camelbak, por lo que pudiese pasar.


Por suerte el sol no tardó en asomarse de nuevo y calentarme, revelando con su luz un paisaje maravilloso que vi por casualidad al girarme (noté el calorcito del sol por detrás de repente, antes de que la zona que atravesaba se iluminase, y no sabía que pasaba).


Por momentos parecía que estaba pasando cerca de un gran río, lo que me desconcertó un poco al principio, ya que no hay ninguno por la zona que pueda ser escuchado por ese lugar, pero me di cuenta de que eran las rachas de viento que barrían la ladera de la montaña.

Parecía como si una mano invisible gigante acariciase los árboles y éstos ululasen encantados...

Pese a que la pendiente era aun notable, impulsado por la energía que me daba el sol retomé la carrera, con un trote lento pero constante, justo cuando un par de senderistas bajaban desde lo alto de una ladera.

Las saludé y continué mi camino, aunque no tardé en volver a caminar, llegando a la altura de la cantera de Mijas (en cuanto a altura, no proximidad).


Avanzaba a un ritmo superior a 14 minutos por kilómetro, el más lento que recuerdo en muchísimo tiempo, aunque nunca he entrenado con tanta pendiente, así que no le hacía caso al GPS, y continuaba, convencido de que con calzado adecuado podría avanzar más rápido, aunque no mucho más.

Tenía la confianza en que el sendero, tarde o temprano, acabase conectando con el repetidor de Mijas, pero de momento estaba rodeando la ladera opuesta de la montaña, aunque sin preocupación, ya que llevaba comida y bebida para rato y las piernas, aunque comenzaron a cargarse un poco en los primeros tramos de subida, estaban recuperándose rápidamente al caminar.

Llegué al punto más alto al que me llevaba el sendero, y tras pasar bajo un tronco que bloqueaba el camino vi que el repetidor estaba justo enfrente, a un par de kilómetros en línea recta.

Motivado ante la visión de mi objetivo final y al encontrarme el primer tramo desde que salí de casa (9,5 kilómetros y 1:15:00 atrás) con pendiente a favor, eché a correr, sin ni tan si quiera pensarlo.

De repente vi a lo lejos la carretera que tantas veces he subido en solitario camino del repetidor, por primera vez en diciembre del año pasado, y me sentí a un nivel muy superior a mi yo del pasado (tanto en altura como en nivel de rendimiento).


Sin embargo aun no confluían los caminos, y aunque podía bajar campo a través sin problema, quería ver hasta donde me llevaba este camino.

Algunas piedras me molestaron al pisar sobre ellas, algunas plantas y ramas me arañaron y pincharon y el esfuerzo físico estaba siendo titánico, pero estaba disfrutando muchísimo, embriagándome con los aromas de la primavera, las vistas y las sensaciones que me producía el correr por semejante lugar.

No sé cuando será la Maratón Alpina Jarapalos de este año, pero si de mí depende no me la pierdo.

El camino se bifurcaba de repente, con un palo de madera en ambos lados, a una decena de metros de mi ubicación, marcando un sendero, y decidí coger el camino de la derecha, ya que mi intuición me decía que era el correcto.


Mi sorpresa fue mayúscula cuando al acercarme más vi un logo que tantas veces he visto recientemente en las redes sociales: el de la Gran Senda de Málaga.


Decidí darme un respiro de medio minuto y echarme una foto para mandársela a los responsables de las redes sociales de la Gran Senda, por si les apetecía publicarla a posteriori.


La Gran Senda me ha parecido desde sus inicios una idea fenomenal, y tengo como reto personal recorrerla íntegramente, no sé cuando, si a corriendo o en plan senderista, pero sé que es algo que tengo que hacer.

Si se organizase un ultra trail por etapas (o todo seguido o en plan liga) estoy seguro de que sería una experiencia excelente, interesante tanto para atletas como para toda la provincia malagueña (ahí dejo la idea).

Continué, a buen paso para no enfriarme, y en unos 500 metros me encontré otra señalización, y pese a que estaba empezando a quedarme frío no pude evitar echarme otra fotografía, esta mucho más "hipster".


Reconocí de inmediato el penúltimo recodo antes de subir al repetidor, así que, muy a mi pesar, dejé de lado la montaña y pisé el asfalto de nuevo, dispuesto a llegar hasta el final lo más rápido posible.

Lo cual fue el motivo de que, tras unos 200 metros realmente fuertes, tuviese que bajar al trote, y finalmente andar un poco, para recuperar las fuerzas.

Vi a lo lejos a un ciclista, al que me aproximaba pese a ir andando.


Decidí darme de margen hasta que alcanzase al ciclista, después me "autoavituallaría" y seguiría, con más cabeza en cuanto al ritmo.

El muchacho resultó ser realmente joven, tendría mi edad o quizá un año menos, me saludó al llegar a su lado y mientras me reponía estuve charlando brevemente con él; luego me despedí y continué en solitario hasta el punto más alto, donde la majestuosidad de las vistas me dejan sin palabras cada vez que asciendo.




Me permití unos segundos para recuperar el aliento y mis gemelos (que se habían subido a la altura de las cejas) y puse camino a casa, encontrándome con el ciclista tras pocos metros y dándole ánimos.

No me imaginaba bajando las cuestas que había subido por montaña con las Fivefingers, ya que la mera perspectiva me parecía dolorosa (por conllevar apoyar a bastante más velocidad sobre piedras, y el dolor que ésto produce si dan en el talón, por ejemplo), así que decidí bajar por asfalto, como tantas otras veces.

Me encontré a varios ciclistas más subiendo, pero hoy ningún corredor, y mientras bajaba, a un ritmo inferior a 5 minutos por kilómetro que no me costaba esfuerzo ninguno mantener, intentaba atibar los caminos por los que, minutos atrás, había subido, pero sin éxito.

Eso me recordó a cuando en el libro "Nacidos Para Correr" se dice que los tarahumaras se mueven por caminos invisibles para los ojos del hombre blanco, ya que pese a haberlo recorrido hacía menos de 20 minutos, no lograba divisarlo por ninguna parte.

El ciclista joven pasó a toda pastilla, nos saludamos con un gesto y seguí mi descenso en solitario, disfrutando de las vistas de la Costa del Sol.


Ya es tarde, mañana madrugo y lo más emocionante ya os lo he contado, así que os resumiré al máximo posible el descenso:

Fue a ritmos bastante estables, por lo que estoy muy contento, en algunos tramos notaba los pies cansados del impacto con el asfalto, especialmente en las zonas con más guijarros, ya que apoyaba con los pies un poco contraídos para que no me doliese (al apoyar con los músculos tensos ni los noto) pero cuando había tramos más limpios bajaba sin problema.

Me acabé los 12 orejones y los 2 litros de agua de la camelbak, así que para la próxima incursión en el monte llevaré más provisiones, y recorrí un total de unos 25 kilómetros (y 2166 de desnivel acumulado) en 2:49:25, a un ritmo medio de 6:47 minutos por kilómetro (se compensó al final la subida con la bajada, grosso modo).

Os dejo una tabla con los ritmos de paso por cada kilómetro y el altímetro, si queréis preguntar lo que sea, estaré encantado de responderos.




Llegué a casa sin ampollas y tras la ducha y el remojo de las piernas con agua fría tengo la musculatura un poco tirante, pero casi nada comparado con hacer la misma distancia sobre asfalto íntegramente, se nota la diferencia bastante...

Creo que estoy bien preparado para afrontar el HOLE este fin de semana, pero aun así el jueves repetiré, con las Skechers probablemente, mañana tocará una horita de trote suave para recuperar.

Y en dos semanas, la media de Málaga, ¡se me acumula el trabajo!

Espero que os vaya genial con vuestros entrenamientos, ¡un abrazo!

Comentarios

  1. Hola Juan Andres..mi nombre es Antonio Pozo..y solo queria saludarte y decirte que cada vez sigo tu blog con mas interes...al ser aficionado a pegar zancadas en el monte..se cuanto te lo estas trabajando...he leido casi todo...y recomendado a amigos...he coincidido en varias carreras...y esta sema a estare e el hole...si te veo hare por saludarte...un saludo y si sigues asi..este deporte te dejara mas satisfacciones aun si cabe..enhorabuena campeon!!!!

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  2. ¡Muchísimas gracias Antonio! Claro, ¡espero que nos veamos por allí!
    La verdad es que cada vez me llama más el asfalto que la montaña, pero como a fin de cuentas correr es lo que me gusta supongo que iré variando, al igual que el correr con calzado minimalista o tradicional (aunque mi intención es ir reduciendo el drop a 0 y el milimetraje de suela).
    Me alegro muchísimo de que te guste el blog Antonio, es para mi una gran satisfacción.
    Nos vemos este fin de semana, ¡mucha suerte!

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  3. Quería decir la montaña que el asfalto,perdón, gracias a mi hermana, que si no no me doy cuenta...

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  4. echa un vistazo a este blog tambien,caminosolo.net, es de un buen amigo y creo que te gustara, saludos¡¡¡¡¡

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